Recreólogos, coordinadores, animadores, conductores de grupo, líderes, son algunas de las denominaciones utilizadas para la función que vamos a cumplir, pero más allá de eso, los participantes de una actividades recreativa necesitan de una persona capaz de orientar hacia un ejercicio de la autogestión, la toma de decisiones, aprendizajes, creatividad, cooperación, participación comunitaria, etc.
En la actualidad, muchas actividades de tiempo libre tienden a ser simplemente pasatiempos, en los cuales la persona participa sólo pasivamente, se convierten así en actividades de consumo. De esa manera se pierde su contenido educativo, no perduran en el tiempo y no permiten el desarrollo de la persona.

 
Cuando hablamos de recreación, estamos hablando de una Educación para el tiempo libre, de una transferencia de las vivencias al propio uso del tiempo y, por tanto, de una actividad educativa de gran responsabilidad para el que la coordina. Estos conceptos de tiempo libre, recreación y educación son inseparables y exigen de una eficaz preparación y formación por parte de los encargados de tal tarea.
 
Pero, ¿qué es la recreación? Podemos encontrar múltiples definiciones que dependen del punto de vista desde el cual es enfocada. A veces, se considera como un tiempo de recuperación, otras, de consumo, para aumentar la producción en el trabajo.
 
Aquí nos ocuparemos de la recreación, como una actividad de tiempo libre, que implique creatividad, socialización y desarrollo de la personalidad, una recreación entendida como un tiempo de aprendizaje, de creatividad, de participación y cooperación, que seguramente quedará en nuestra memoria para ser transferida a múltiples situaciones en nuestra vida cotidiana.
 
Cuando hablamos de recreación, a todos se nos viene a la memoria, los juegos y rondas de nuestra vida infantil y/o los juegos con nuestro grupo social; en el peor de los casos, ésta es entendida como escapismo social y con ella se pretende que olvidemos nuestro día a día y los problemas que nos agobian, viviendo ésta como una alienación más en el sistema imperante.
 
Se pretende en países como el nuestro olvidar los episodios violentos que se cometen a diario, a través de la recreación; dejando atrás la posibilidad del recuerdo moral de las víctimas de nuestra situación actual, propósito que parece macabro en una realidad donde lo necesario no es olvidar si no asumir y aportar.


La recreación es la actitud positiva del individuo hacia la vida en el desarrollo de actividades para el tiempo, que le permitan trascender los límites de la consciencia y el logro del equilibrio social y biológico, que dan como resultado mejor salud y una mejor calidad de vida.
La diversión es el uso del tiempo de una manera planeada para el refresco terapéutico del propio cuerpo o mente. Mientras que el ocio es más bien una forma de entretenimiento o descanso, la diversión implica participación activa pero de una manera refrescante y alegre. A medida que la gente de las regiones más ricas del mundo lleva cada vez estilos de vida más sedentarios, la necesidad de la diversión se incrementa. El aumento de las llamadas vacaciones activas ejemplifica esta tendencia.
Los propósitos de la recreación son tener una actitud que lleve al aprendizaje y al logro de metas y al crecimiento personal. La recreación proporciona equilibrio integral al individuo.
 
La práctica recreativa siempre ayuda al mejoramiento de la calidad de vida, las actividades que dañan al individuo no son recreación.
 
La recreación se da normalmente a través de la generación de espacios en los que los individuos pueden participar libremente de acuerdo a sus intereses y preferencias. La noción básica de una situación de recreación es la de permitir a cada uno encontrar lo que más placer le genera, pudiendo por tanto sentirse cómodo y haciendo entonces lo mejor de la experiencia. La recreación se diferencia de otras situaciones de relajación tales como el dormir o descansar ya que implica siempre una participación más o menos activa de la persona en las actividades a desarrollar.
 
Ha sido científicamente comprobado que aquellas personas que se ven inmersas en sus rutinas laborales y que no dedican espacios a experiencias de recreación, suelen sufrir por lo general mayores niveles de stress, angustia y/o ansiedad. Por tanto, la recreación sirve al ser humano no sólo para activar el cuerpo, sino también para mantener en un sano equilibrio a la mente.

 

La recreación como actividad organizada puede desarrollarse tanto en espacios abiertos como en espacios cerrados. Claros ejemplos del primer caso serían todo tipo de actividades a realizar en parques, plazas o en la naturaleza. Para el segundo caso, pueden ser perfectas opciones aquellas actividades recreativas relacionadas con el arte, la música, la comunicación, el teatro, el cine y el uso de tecnologías de última generación. 
La organización de espacios de recreación para una determinada comunidad es una tarea importante que atañe a los gobiernos ya que a través de ella los individuos pueden establecer lazos de contacto y de pertenencia mucho más sólidos, así como también pueden bajar los niveles sociales de stress, violencia e individualismo.

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Julio Moisés Campos Alvarenga

Por Julio Moisés Campos Alvarenga

Fundador y director de Svdeportes Autor del libro Manual del Docente Lúdico Recreólogo.

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