La capoeira surgió en el siglo XVI, al ser llevados a Brasil una masiva cantidad de esclavos negros africanos procedentes de Portugal, transportados en los llamados “navíos negreiros”, para que realicen la cosecha de caña de azúcar.
El significado es claro en la mata -clareia-, que proviene de la palabra caá-puêra, de la lengua tupi-guarani: caá = mato, puêra = que ya fue. El término está relacionado con el lugar de la mata que se despejaba para el cultivo agrícola. Tras la colecta nacía un matorral, donde los esclavos se escondían para practicar este juego de destreza corporal, que constituía el arma con que se defendían de sus perseguidores, la palabra capoeira tiene varias acepciones y cambia dependiendo del lugar donde sea practicado dicho arte marcial.
Algunos historiadores afirman que la palabra es de origen tupi-guarani (caa-pua-neira), nombre de una planta rastrera de la región interior, que hace alusión a la lucha del capoeirista. Otros asocian esta palabra como jaula o cesta que se utilizaba para cargar animales de corral o viveres que los esclavos llevaban para hacer las compras en el mercado y mientras ellos esperaban a que abrieran sus puertas los establecimientos se ejercitaban con los movimientos de la capoeira.
Fue en las “Senzalas”, lugar en el que vivían y dormían los esclavos, donde se produjeron las primeras manifestaciones de capoeira ante la necesidad de libertad que tenían, empezaron ocultando la lucha en bailes, para que los vigilantes no se la prohibieran. Una de las leyendas afirma que fueron mezclando movimientos que veían en animales con la malicia que observaban de los blancos. Aplicando esta forma de lucha, los esclavos provocaron muchas revoluciones en las que intentaban escapar, y algunos lo conseguían. Al escapar, se organizaban en “Quilombos”, que eran comunidades de esclavos fugitivos situadas en lugares de difícil acceso, donde se seguía practicando capoeira.
Los blancos comenzaron a desarticular los “Quilombos” existentes, incluido el llamado Palmares, Los blancos comenzaron a desarticular los “Quilombos” existentes, incluido el llamado Palmares, el más grande, que constituía prácticamente una ciudad africana. Es por ello que los negros, antes esclavos, permanecieron libres, y se fueron a las ciudades, donde se organizaron en grupos denominados maltas, que se dedicaban a provocar disputas en fiestas populares y demás eventos públicos, además de la constante lucha y rivalidad que existía entre ellos. Esto fue reforzando el carácter marginal de la lucha, lo que hizo que su simple práctica se prohibiera. Las maltas eran utilizadas por las mafias y existían en la clandestinidad.
El año 1831 estuvo marcado por las temibles hazañas de las maltas y los capoeiristas; que eran incluso contratados por políticos para la extorsión. Hasta entonces la ley castigaba la práctica de la capoeira con 300 azotes y el calabozo, pero el mayor auge de la represión sobrevino cuando, en 1890, queda instituida la deportación de los que practicaban capoeira a la isla “Fernando de Noronha”.
Las maltas fueron desorganizadas en Bahía cuando se convocó la guerra de Paraguay en 1864, mientras que las de Recife solo acabaron finalmente cuando el juego volvió a ser “brincadeira” (para diversión), alrededor de 1912.
De 1890 a 1937, la capoeira fue considerada crimen inscrito en el código penal de la república; la práctica de algún movimiento de capoeira en la calle daba hasta 3 meses de prisión.
Por la visión marginal que se tenía de la capoeira y por la entrada de las artes marciales asiáticas en todo el mundo, es que Manoel Dos Reis Machado -Mestre Bimba- crea la capoeira regional, para salvar la reputación de la capoeira y para combatir la moda de la práctica de artes marciales asiáticas. Con la creación de la capoeira regional intenta crear en la capoeira un ambiente más deportivo, quitándole la malicia y practicándola como método de mejora para la salud física y psíquica.
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